Me hacen feliz

sábado, 14 de abril de 2012

Milena.


A veces pienso mundos paralelos. Ahora, que empiezan a alargarse las noches, sueño con un mundo en que las noches sean los días y los días sean las noches. Que nos levantemos a las siete de la mañana, siendo de noche: ese airecito particular otoñal lo disfrutaríamos de otra manera. Dormiríamos cuando sale el sol. Sueño con la imposibilidad. Después me golpea la practicidad: ese mundo otoñal nocturno sería contraproducente. Los sueños se escapan de lo práctico, por eso son sueños.

Milena, quisiera que este momento sea diferente. Sólo te digo Milena cuando me dolés hasta los huesos, mi minita de los tatuajes, mon amour. O cuando me enojás hasta los huesos. Desde que tenemos esta crisis cambié mis cenas por golosinas. O por no comer nada. Cada crisis es una oportunidad de ser flaca. Y no quiero ser flaca, ese estereotipo de belleza absurdo, como no quiero este tipo de crisis. En algún lado leí algo de la crisis, que es una oportunidad, un replanteo, una superación. Con vos las crisis son una muerte. Lenta, parcial. No importa. Son una muertecita.

Atrás quedaron nuestras peleas sin importancia. Hoy la pelea es tan profunda que la palabra pelea queda corta.

Sigo hablando yo, porque parece que si todo se vuelve jodido no tenés los ovarios para hablar. Te amaba hasta en eso. Te conocí así y te amé así.
-Y nada, no sé, qué querés que te diga...¿cómo se sigue después de querer besartegolpearte?

-Ay Lucero, ¿te escuchás? Novelita mexicana a full. - Ahí mis ganas de golpearte superan las de besarte. Golpeo la mesa.

-¡La puta madre, Milena, te estoy hablando en serio!-

¿La puta madre? Nunca puteo así. Digo mierda, digo carajo, pero no puteo así. Porque no me van las puteadas machistas. Pero así como no puedo controlar la irracionalidad de querer golpearte, no puedo tampoco elegir qué puteada regalarte.

Golpear la mesa, yo, la que le pido perdón a las cosas que me choco. Perdón a la silla por mi torpeza. Y golpe a la mesa por tu torpeza. Milena, ¿cómo se sigue cuando el dolor que me ocasionás sólo puede transformarse en violencia?